
Padres de familia, maestros, estudiantes y personal de Agroaceite, celebraron la Tercera Promoción de estudiantes de Sexto Grado Primaria y la Octava de Pre-Primaria de la Escuela Mojarras.
La Escuela Mojarras, ubicada en Coatepeque, Quetzaltenango, es el resultado de una alianza entre Agroaceite y Funcafé, que inició en 2010 con el propósito de elevar la calidad de la educación en el área rural del trifinio suroeste de Guatemala.
Los estudiantes matriculados en la Escuela Mojarras son todos hijos de trabajadores de la empresa. La escuela utiliza un método de enseñanza comprobado que se enfoca en el estudiante, abordando no solo su desempeño académico, sino también su papel en su entorno social y natural.
La escuela fue fundada para proporcionar un mejor nivel académico en la zona, contribuir al desarrollo de la comunidad y proporcionar más oportunidades para los niños locales. Muchos niños rurales e indígenas en Guatemala no tienen la oportunidad de obtener una educación, ya que tienen que trabajar para ayudar a la supervivencia de sus familias. De los 2 millones de niños en Guatemala que no asisten a la escuela, la mayoría son niñas que viven en áreas rurales.
La escuela Mojarras ofrece una educación de calidad y enseña sobre liderazgo y habilidades para la vida, ya que una educación integral ayuda a empoderar a los niños, en más formas, que simplemente aprender a leer y escribir, dijo Bernhard Roehrs, director corporativo de Agroaceite.
La escuela se esfuerza por mantenerse al día con los últimos avances educativos y utiliza técnicas y metodologías innovadoras, basadas en una experiencia de inmersión centrada en el estudiante y su lugar en la comunidad.
Esta metodología centrada en el alumno es un enfoque holístico centrado en las habilidades y prácticas que permiten el aprendizaje permanente y la resolución independiente de problemas. El plan de estudios incluye la enseñanza de valores humanos y enfatiza el papel crítico del alumno en la creación de significado a partir de nueva información y experiencia previa, en el marco de sus propias vidas.
Está demostrado que el acceso a la educación empodera a las niñas y les brinda una alternativa a las expectativas tradicionales. Los padres participan a través de las diversas actividades en la escuela, durante todo el año, y esta vez, tuvieron motivos para celebrar: los estudiantes se graduaron y reconocieron los resultados del trabajo duro y el compromiso de sus hijos.